LOS CUATRO AGUILUCHOS EUROPEOS

La laguna se muestra imponente y tranquila. Una ligera brisa acaricia el carrizal. Los rayos de un resplandeciente amanecer despiertan de su letargo las dos sombras con forma de V que pasan rozando los carrizos en un espectáculo de baile en el aire. Como suspendidos la pareja de aguiluchos laguneros repasa la vida de la lamina de agua buscando una presa.

Aguilucho lagunero occidental (Circus aeruginosus) | Autor: Stefan Berndtsson · Creative Commons: Attribution 2.0 Generic

Aguilucho lagunero occidental (Circus aeruginosus) | Autor: Stefan Berndtsson · Creative Commons: Attribution 2.0 Generic

Al otro lado del humedal, en unos campos de cereal, se encierra el secreto que el aguilucho cenizo protege bajo su plumaje grisáceo al sol. Los huevos mantienen una temperatura adecuada debajo de la hembra esperando emprender el camino de la vida antes de que la cosechadora se ponga en marcha.

Aguilucho cenizo (Circus pygargus) | Autor: Michele Lamberti · Creative Commons: Attribution 2.0 Generic

Aguilucho cenizo (Circus pygargus) | Autor: Michele Lamberti · Creative Commons: Attribution 2.0 Generic

Al final del camino que nos separa del campo de trigo encontramos en un lindero al imponente aguilucho pálido cogiendo resuello tras una escaramuza con un topillo que yace sin vida bajo su potente garra.

Aguilucho pálido (Circus cyaneus) | Autor: Peter Wilton · Creative Commons: Attribution 2.0 Generic

Aguilucho pálido (Circus cyaneus) | Autor: Peter Wilton · Creative Commons: Attribution 2.0 Generic

Al fondo, encima de un erial, un aguilucho papialbo recorta su silueta como jugando con las corrientes que forma el calor a ras de suelo. Su vuelo pausado y elegante provoca serenidad y calidez a la vista. Acabamos de conocer en nuestro pequeño recorrido los cuatro aguiluchos que viven en Europa.

Aguilucho papialbo (Circus macrourus) | Autor: Ron Knight · Creative Commons: Attribution 2.0 Generic

Aguilucho papialbo (Circus macrourus) | Autor: Ron Knight · Creative Commons: Attribution 2.0 Generic

Ahora intentemos conocer más sobre estas aves del genero Circus, palabra que procede del griego Kirkos y significa halcón que vuela en círculos. Este tipo de rapaces no necesitan de cantiles ni de masas forestales. Los cuatro aguiluchos que campean por Europa están asociados a campos de cereales, carrizales y páramos.

El aguilucho lagunero occidental, el cenizo y el pálido son relativamente comunes, pero el papialbo es más escaso salvo en Europa Oriental. Para distinguirlos de otras aves de presa hay que fijarse en sus largas colas y alas, estas últimas formando una “V” poco profunda mientras planean prospectando el terreno.

¿Dónde viven y cómo cazan los aguiluchos?

Los hábitats típicos en los que los encontramos se solapan sobre todo en invierno y en migración. Pero hay que buscar al aguilucho lagunero entre los carrizales de las zonas húmedas. Al cenizo entre los campos de cereal y los pastizales que bordean los humedales. Al pálido entre páramos, pastizales y tierras de cultivo. Aunque durante la reproducción se observan en cultivos que circundan los humedales. Finalmente encontramos al papialbo en terrenos más abiertos (estepas y pseudoestepas).

Para diferenciar si es un pálido o un cenizo hay una regla sencilla pero orientativa. Si es verano y estamos en la cuenca mediterránea es más probable que sea un cenizo. Mientras que en invierno en el norte de Europa se tratará de un pálido con bastante seguridad.

Hembra de Aguilucho lagunero occidental (Circus aeruginosus) | Autor: Michele Lamberti · Creative Commons: Attribution 2.0 Generic

Hembra de Aguilucho lagunero occidental (Circus aeruginosus) | Autor: Michele Lamberti · Creative Commons: Attribution 2.0 Generic

Los aguiluchos son rapaces que se deslizan en silencio como sombras a escasa altura del suelo. Sus rápidos giros para caer por sorpresa sobre las presas escondidas entre las hierbas y el cereal son posibles gracias a sus largas alas y su potente cola. Todos ellos se lanzan en un corto y vertical picado sobre sus presas. Destacando los aguiluchos laguneros que cuando capturan una acuática la mantienen bajo el agua hasta ahogarla.

Sus tarsos largos y manos cortas poseen unas garras potentes y afiladas que usan a modo de arpón contra las presas antes de que inicien la huida. El lagunero vuela bajo sobre zonas pantanosas y de repente cae en picado sobre la presa. Normalmente dándose la vuelta en el proceso. Suele prospectar también por los linderos sin que su vuelo bajo siga ningún patrón regular. Mientras que el cenizo vuela por zonas abiertas, en época de cría y sigue un rumbo regular.

¿Cómo diferenciar las distintas especies de aguilucho?

El aguilucho lagunero tiene un tamaño mayor y una cola más ancha. Su vuelo se caracteriza por planeos en “V” alternados con aletazos lentos. No tiene blanco en el obispillo (parte del cuerpo de las aves inmediatamente superior a la cola). El macho es pardo y oscuro en el dorso. Mientras que la hembra destaca por su garganta, cabeza y hombros claros sobre un plumaje pardo achocolatado. Esto se contrasta analizando su apellido en latín aeruginosus que significa cubierto de óxido. El joven es pardo oscuro sin contrastes.

Pareja de Aguilucho lagunero occidental (Circus aeruginosus) | Autor: Biodiversity Heritage Library · Creative Commons: Attribution 2.0 Generic

Pareja de Aguilucho lagunero occidental (Circus aeruginosus) | Autor: Biodiversity Heritage Library · Creative Commons: Attribution 2.0 Generic

El aguilucho pálido es más robusto que el cenizo. Aunque el macho no tiene las marcas alares negras del cenizo. No obstante su apellido latino cyaneus significa azul oscuro, en alusión al color de su plumaje. Las hembras pardas rojizas y de colas barradas son de plumaje muy moteado.

Pareja de Aguilucho pálido (Circus cyaneus) | Autor: Biodiversity Heritage Library · Creative Commons: Attribution 2.0 Generic

Pareja de Aguilucho pálido (Circus cyaneus) | Autor: Biodiversity Heritage Library · Creative Commons: Attribution 2.0 Generic

El aguilucho cenizo es más estilizado y destaca por su color gris plomizo. Es menor que el pálido. Aunque hay que decir que existen ejemplares melánicos totalmente negros. Su apellido en latín pygargus significa obispillo resplandeciente. Las hembras destacan como los jóvenes por sus colas barradas y por su color rojizo. Aunque estos últimos no tienen barras en la cola ni blanco en el obispillo.

Pareja de Aguilucho cenizo (Circus pygargus) | Autor: Biodiversity Heritage Library · Creative Commons: Attribution 2.0 Generic

Pareja de Aguilucho cenizo (Circus pygargus) | Autor: Biodiversity Heritage Library · Creative Commons: Attribution 2.0 Generic

El aguilucho papialbo es el más pequeño de todos. Se diferencia del resto por el obispillo gris y el pecho y las mejillas blancas que se ven en vuelo. Las hembras y los jóvenes se pueden confundir con los del cenizo. Pero se diferencian de este por su collar blanco y una característica mancha oscura en los oídos.

Aguilucho papialbo (Circus macrourus) | Autor: Biodiversity Heritage Library · Creative Commons: Attribution 2.0 Generic

Aguilucho papialbo (Circus macrourus) | Autor: Biodiversity Heritage Library · Creative Commons: Attribution 2.0 Generic

Alimentación de los aguiluchos

El lagunero consume sobre todo aves pequeñas, pero también reptiles, anfibios y peces. Mientras que el cenizo, el pálido y el papialbo se sustentan de roedores y aves pequeñas en gran medida. Para ello usan unas técnicas de caza singulares. Todos ellos pero sobre todo el cenizo realizan vuelos de prospección a corta altura sobre el terreno que interrumpen con picados cortos y bruscos.

Tanto el lagunero como el pálido realizan unas técnicas curiosas en combinación con otras especies de rapaces. El primero captura la gran mayoría de sus presas sobre las aguas que habita. Pero si comparte territorio con el halcón peregrino se produce una especie de simbiosis y de ayuda mutua para ganar el sustento. Las aves acuáticas, ante la presencia del peregrino, permanecen en el agua cosa que aprovecha el lagunero. Tras la captura, el revuelo y posterior espantada es aprovechado por el peregrino para conseguir su presa.

Por otro lado, el pálido aprovecha la técnica que usa el esmerejón para cazar insectos. Se sitúa volando detrás del esmerejón a menor altura y aprovecha el revuelo que provoca entre el resto de aves la presencia de la pequeña rapaz.

El vuelo nupcial del aguilucho

Son realmente dignas de mencionar las paradas y vuelos nupciales de los aguiluchos. El macho de lagunero al ver a la hembra realiza un picado sobre ella. Esta se revuelve con varios tirabuzones en el aire hasta que se voltea y opone las garras a los constantes picados del macho.

En el cenizo se producen dos fases. En la primera tanto macho como hembra realizan vuelos sincronizados hasta que el macho se separa y se eleva para acabar realizando picados sobre ella.

En la segunda fase el macho reclama a la hembra desde el suelo con chillidos. Persiguiendo a esta cuando llega. Luego tras un picado del macho, ella se voltea hasta que juntan las garras oponiéndolas por un instante. En el resto de especies son parecidos comportamientos pero sin estar tan definidos. Como curiosidad hay que decir que, a pesar de mostrar un cortejo tan elaborado y espectacular, es bastante habitual entre los aguiluchos la poligamia.

Los nidos del aguilucho

El último en entrar en celo e iniciar el nido es el cenizo que lo hace a mediados de mayo. Por el contrario el resto de especies lo inician a finales de abril. Los nidos constan de plataformas de hierbas aplastadas sobre el suelo en un radio de dos metros para facilitar la salida y llegada al mismo. Es de recibo citar el caso del lagunero que llega a realizar verdaderas plataformas flotantes hechas de junco o carrizo.

Además los machos de todos los aguiluchos defienden el nido de manera muy hostil llegando a atacar a aves de mayor tamaño como buitres y águilas reales. La incubación se realiza en el mes de junio, alargándose en el caso del cenizo hasta casi finales de julio.

Los huevos son de tres a seis de color blanco azulado, con pintas en el caso del papialbo. Siendo los mayores los del lagunero. Como dato curioso decir que la incubación ronda los cuarenta días y que se pueden dar pequeños grupos de cría.

Los pollos permanecen en el nido hasta finales de julio en el pálido y el papialbo. Mientras que los pollos de lagunero no abandonan el nido hasta mediados de agosto y en el caso del cenizo hasta casi finales de agosto.

La puesta con dos días de intervalo entre huevo y huevo provoca desigualdades entre los pollos. Con lo que los hermanos mayores vuelan hasta dos semanas antes que los más pequeños.

Los pollos completan su desarrollo en el suelo y se muestran agresivos ante los intrusos. Aunque ante un gran peligro pueden dispersarse o permanecer quietos como mecanismo defensivo.

Cabe destacar las concentraciones que se producen en España en la meseta castellana de laguneros tras el desarrollo de los pollos. Realizando dormideros comunales en la vegetación palustre aprovechando las explosiones demográficas de topillos como sustento.

¿Dónde ver aguiluchos en Europa?

Hay que tener en cuenta que todos invernan en el África subsahariana. Aunque grandes contingentes de pálido y de lagunero se unen en invernada a la población que se encuentra en la Península Ibérica todo el año.

Hembra de Aguilucho lagunero occidental (Circus aeruginosus) en el Delta del Ebro

Hembra de Aguilucho lagunero occidental (Circus aeruginosus) en el Delta del Ebro

En España destacan los complejos lagunares rodeados de cultivo como las lagunas de Villafáfila y La Nava en la mitad norte y los Parques Nacionales de Cabañeros y de las Tablas de Daimiel en el sur. En estos cuatro lugares podemos avistar las cuatro especies de aguiluchos durante casi todo el año pero sobre todo en época estival. Siendo muy esporádica la presencia del papialbo.

En el resto de Europa podemos encontrarnos con cenizo, lagunero y papialbo tanto en Falsterbo (Suecia) en otoño, como en el Estrecho de Mesina (Italia) en primavera, así como en Norfolk (Inglaterra) en época estival. Mientras que el pálido solo se prodiga por las Islas Hébridas Exteriores en Escocia. Como anécdota decir que en Ussuriland (Rusia) aparece de forma accidental el aguilucho Pío que procede de Asia.

Las amenazas que se ciernen sobre los aguiluchos europeos

Siendo el lagunero la especie más amenazada, en general las poblaciones de aguiluchos en Europa son más o menos estables pero mostrando un notable descenso en los últimos años. Hay que tener en cuenta que la tendencia podría ser muy negativa en un futuro sin las medidas de protección específicas.

Para evitar el declive de sus poblaciones es vital la labor de concienciación sobre los agricultores y el entorno rural. Es importante que se respeten los nidos situados en los cultivos y que en el medio rural se conozcan los beneficios que aportan estas rapaces como gran aliado de los agricultores en el control de las plagas de roedores que diezman las cosechas.

Las campañas de salvamento de pollos y el retraso en las cosechas son muy importantes, especialmente para el cenizo debido a su dependencia de los cultivos cerealistas. El lagunero se ve afectado más por la contaminación y destrucción de las zonas húmedas. Mientras que todos son víctimas de la caza y del expolio de sus nidos. Cabe citar la situación del pálido en Escocia que ve como disminuyen las presas en sus zonas de cría debido a la caza intensiva.

Hembra de Aguilucho cenizo (Circus pygargus) | Autor: Marina Sanz Biendicho · Creative Commons: Attribution 2.0 Generic

Hembra de Aguilucho cenizo (Circus pygargus) | Autor: Marina Sanz Biendicho · Creative Commons: Attribution 2.0 Generic

En la península Ibérica la situación del cenizo empieza a ser preocupante. En Extremadura y Cataluña hay programas de cría en cautividad y algunas regiones realizan campañas se salvamento de pollos. Sin embargo, la especie parece haber entrado en un pronunciado declive.

El GIA (Grupo Ibérico de Aguiluchos) del que forman parte, entre otras asociaciones, GREFA, AMUS y ANSER, nació para velar por la protección de estas aves en España y Portugal. El pasado noviembre el GIA celebró el XIII Congreso Ibérico de Aguiluchos y en él se propusieron medidas para intentar frenar el declive del cenizo, como la realización de un nuevo censo o una mayor implicación de las instituciones públicas. Desde Birding140 vamos a colaborar con el GIA encargándonos de la campaña de sensibilización e imagen. Ojalá podamos entre todos mejorar la situación de los aguiluchos.

Solo desde la educación y el respeto podremos seguir disfrutando de la silueta a baja altura con las alas en “V” de estas rapaces. Para ello debemos ser conscientes de la labor y beneficios que aportan a nuestros campos los aguiluchos. Seguro que con un poco de esfuerzo y cambio de las costumbres agrícolas las generaciones futuras podrán seguir disfrutando de su presencia. Esperamos con estas líneas haber contribuido a conocer un poco más a nuestros aguiluchos europeos.

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