URBAN BIRDING EN TRUJILLO DE LA MANO DE MARTIN KELSEY

La mañana fría ofrecía un cielo despejado tras las tormentas, rompiendo las previsiones de fuertes nevadas en toda la Península Ibérica. En el parking de la Plaza de Toros de la monumental villa de Trujillo (Cáceres) ajustaba la cámara encontrando un contraluz interesante en las primeras fotos.

Mientras esperaba a mi cicerone recordaba la primera vez que llegue de visita a la urbe medieval de la mano de mis progenitores. La enorme plaza mayor con la estatua ecuestre en bronce de Pizarro suponía una visión espectacular. La figura del conquistador de Perú con sus tonos verdosos destacaba sobremanera sobre el fondo de la iglesia de San Martin.

El sol de justicia apretaba sobre las piedras aquel verano. En las terrazas dispuestas alrededor de la plaza los visitantes reponían fuerzas bajo las sombrillas y los toldos de los soportales. La visión de niño me hizo fijarme en un grupo de británicos que equipados con sus télex y prismáticos enfocaban al cielo entre asombro y risas.

Plaza de toros de Trujillo

Plaza de toros de Trujillo

Yo solo podía distinguir a las cigüeñas blancas apretadas en los enormes nidos en lo alto de las torres de los palacios y las iglesias que circundan la plaza. Con curiosidad infantil pregunté “¿Qué hacen esos señores?” Al tiempo una lugareña que paso a nuestro lado contestó: “Están un poco locos”… Sin duda la señora se equivocaba. Y donde nosotros solo veíamos un cielo raso estos urban birders se deleitaban con el vuelo de buitres negros, águilas imperiales, golondrinas daúricas,…y sobre todo cernícalos primilla. Este es un homenaje a esos hombres y tantos otros extranjeros que vinieron a demostrarnos que Trujillo además de por sus monumentos destaca por su avifauna.

Martin llega al parking sacándome de mis recuerdos. Para mí no necesita presentación pero para los que no lo conozcan Martin Kelsey estudió ornitología en Oxford, trabajó para Birdlife Internacional y ayudó a fundar el Club de Aves Neotropical. Llegó a Extremadura en 1992 en un viaje de placer y terminó quedándose a vivir. Ahora regenta con su mujer Claudia la casa rural “El Recuerdo” especializada en turismo ornitológico y a tan solo 10 km de Trujillo. Punto de referencia internacional para este tipo de turismo ya que forma parte del Club Birding in Extremadura. Desde su página birdingextremadura.com podemos hacernos una idea de las opciones de avistamiento que nos ofrece la estancia en la misma.

En un perfecto español Martin promete que en poco más de una hora y media avanzaremos de la plaza de toros a los silos, subiendo hasta el castillo y finalizando en la plaza mayor. Sin duda estos son los puntos calientes de interés ornitológico de la ruta.

De las 18 ZEPAS de Extremadura especificas de cernícalo primilla la de Trujillo es la de mayor extensión con sus más de 126 Ha. Además se encuentra incluida en la Red Natura 2000. Las principales colonias de reproducción se encuentran en la plaza de toros y en el silo nuevo. La plaza construida en 1848 todavía está en activo con sus 8000 localidades. En 2004 fue declarada ZEPA gracias a las más de 30 parejas de cernícalo primilla que durante el período sensible de la especie (de febrero a finales de julio) crían en ella. Para reforzar la colonia en las labores de reparación de la cubierta el año pasado se instalaron 30 cajas nido y un falso techo.

La explicación se ve interrumpida por un ejemplar de primilla que se cierne sobre nosotros para saludarnos mientras emite su característico “chiek-ek-ek”. El primilla emite un reclamo más agudo que el vulgar puntualiza Martin.

Cernícalo Primilla sobre Trujillo

Cernícalo Primilla sobre Trujillo

Y prosigue “es alucinante como este pequeño halcón llega a estas latitudes en tan solo 4-5 días a finales de febrero desde algún lugar de Nigeria, Camerún o Senegal”. Confirmamos que la colonia convive con estornino negro y palomas. Mientras que en los alrededores es posible avistar milano negro, águila calzada y águila culebrera. Frente a la plaza hay un observatorio elevado de madera que sirve para labores pedagógicas con los escolares del lugar.

Nos alejamos de la plaza unos metros para conseguir un mejor ángulo de visión. Mi guía me asegura que en las tardes de primavera y verano el espectáculo está servido viendo a los dos miembros de la pareja de primilla afanarse en sacar adelante la nidada. Sus continuas idas y venidas transportando en el pico insectos y micromamíferos mientras la caída del sol tiñe el cielo de naranja son una imagen irrepetible.

Por un camino llegamos hasta el Parque de San Lázaro acompañados, entre otros, por el canto de las tarabillas. Este entorno verde se erige como un vergel en la ciudad. Ofreciendo avistamientos de todo tipo de patos, zampullines, chorlitejos chicos, cigüeñuelas y andarríos grandes y chicos.

Martin me confiesa que aquí se dan los avistamientos más raros. La pequeña lámina de agua da más de una sorpresa a lo largo del año. Además me cuenta que en invierno se concentran en grandes dormideros los estorninos negros en parques como este. Después de disfrutar de las zambullidas de los azulones y zampullines nos acercamos en un corto paseo hasta los dos silos.

En ellos hay unas 50 cajas nido para los cernícalos primilla. Algunas de hormigón y otras de ladrillo a modo de mechinal. En el antiguo, llamado silo SENPA hay actualmente unas 15 ocupadas. Mientras que el nuevo, conocido como i-NOVO unas 30.

Nidales en el silo antiguo de Trujillo

Nidales en el silo antiguo de Trujillo

Hay que recordar que la ZEPA destaca por el cernícalo primilla y que conservando esta especie abogamos por la diversidad del patrimonio común cultural y natural. Los lugareños lo llaman mical, como se le conoce en castúo (extremeño antiguo hoy casi en desuso). De hecho ese es el nombre que lleva el festival que se celebra en la ciudad el primer fin de semana de Junio, promovido entre otros por ADICOMT y en colaboración con DEMA.

Continuamos el paseo entrando en las empinadas calles de la ciudad. Mientras Martin me revela que aunque hasta su casa rural acuden todo tipo de turistas, normalmente los nacionales no demandan sus servicios como guía ornitológico. En la conversación los dos abogamos por un turismo ornitológico profesional y de calidad. Nos saca de nuestra conversación un rítmico y conocido trompeteo.

GRULLAS TRUJILLO EXTREMADURA

Grullas sobrevolando Trujillo de regreso al Escandinavia

Por encima de nuestras cabezas un grupo de unas 30 grullas apareció de la nada para poner rumbo hacia el norte. No obstante la ciudad se encuentra incluida dentro del Sector Almonte hasta donde llegan unas 3500 grullas cada invierno. Además es zona de paso del Sector Zona Centro donde se concentran unas 60.000.

Entre las nocturnas que se acercan a la ciudad destaca el búho real. No sabemos donde duerme, dice Martin. Pero en las rondas nocturnas la policía local lo ha descubierto tras una esquina devorando en el suelo alguna paloma. Además en ocasiones aparece, como una sombra, encima de las antenas más elevadas.

Nos encaminamos hacia el castillo y llegamos a la hermosa Plaza Mayor rodeándola por sus soportales. Sin duda es una de las más grandes y hermosas que he visto. Presidida por la imponente estatua de Pizarro de 6.500 kilos de peso.

Subimos hasta un improvisado mirador, una calle con un pequeño murete, desde el que se divisan la casi totalidad de nidos de cigüeña blanca. Un verdadero espectáculo. Ya que Trujillo cuenta con 165 nidos de estas aves en el término municipal de los cuales 44 se encuentran en el casco urbano. El claqueteo de sus picos (que aquí se conoce con la expresión “machacar el ajo”), como ceremonia de cortejo, se sucede en algunos de estos nidos. Mientras en otros pudimos asistir a las primeras cópulas del año de estas damas blancas.

Cigüeñas en Trujillo

Cigüeñas en Trujillo

Llegamos al castillo seguidos por vuelos de colirrojos y golondrinas donde las rupícolas son las protagonistas. En ocasiones se ven roqueros solitarios y aviones roqueros con facilidad me advierte Martin.

La antigua alcazaba árabe que dio su nombre a la ciudad vio crecer a la misma dentro de sus murallas. Dejando espacio para la enorme Plaza Mayor, donde más tarde surgieron los palacios erigidos por Pizarro (gobernador de Perú) y Francisco de Orellana (descubridor del Amazonas).

Desde el llamado mirador de las monjas y con una cigüeña blanca planeando sobre nuestras cabezas mi guía me enseña los alrededores de la ciudad. Al preguntarle por el mejor destino peninsular para los ornitólogos responde: “Sin duda Trujillo. Desde aquí se puede llegar a todos los ecosistemas de Extremadura”.

GREDOS Y BERROCAL DESDE EL CASTILLO

La Sierra de Gredos y el berrocal desde el castillo de Trujillo

A lo lejos divisamos la sierra de Gredos repleta de nieve y el Parque Nacional de Monfragüe, más cerca las dehesas y las pseudoestepas. Destacando en estas últimas las poblaciones de sisones y avutardas que se encuentran en la ZEPA Llanos de Trujillo. En la carretera que une la ciudad con Cáceres. Pero en las cercanías destaca el berrocal. Una amalgama de rocas de granito, charcas, arroyos, árboles y arbustos.

En este ecosistema cercano a la urbe los mamíferos y reptiles atraen al águila real, culebrera, calzada, ratonero, milano real y negro. Además las grietas de las rocas sirven de cobijo al búho real y al mochuelo. Por si fuera poco cuenta con presencia de chotacabras cuellirrojo, alcaraván y rabilargo. Sin olvidar la avifauna asociada a sus charcas y arroyos. Produciéndose además un importante paso migratorio en otoño de paseriformes y en invierno de alondras y bisbitas.

Trujillo dominada por su castillo

Trujillo dominada por su castillo

Bajamos por fin a la Plaza Mayor, verdadero punto caliente de la ciudad. Donde Martin me asegura que “en primavera podemos ver con facilidad cernícalo primilla, vencejo pálido y común, golondrina común y daúrica, cigüeña blanca, buitre leonado y negro, así como águila culebrera, calzada y ambos milanos”. Sin duda suficiente para justificar las caras de asombro de los turistas británicos que yo recordaba en esta hermosa plaza.

Realmente es increíble que sentado en una de las terrazas de esta plaza podamos llenar nuestro cuaderno de campo con estos importantes avistamientos. Tras un refrigerio en uno de los mesones de la villa volvemos al aparcamiento conversando y nos despedimos esperando volver a vernos pronto.

Para los que quieran ampliar información recomiendo la lectura del artículo “Viviendo juntos” de mi anfitrión. Así como la web iberoaves donde destacan los PIO´s (Puntos de Interés Ornitológico) número 8 y 9. Que corresponden a la Plaza de Toros y el casco histórico de Trujillo respectivamente. También pueden acercarse a la Oficina de Turismo de la Plaza Mayor de la ciudad, donde disponen de guías impresas específicas.

No quiero acabar sin agradecer a Martin Kelsey el tiempo que ha dedicado en enseñarme las posibilidades de avistamientos ornitológicos que ofrece la villa de Trujillo. Así como a sus gentes por tener la delicadeza y conciencia de convivir con sus aves para permitir que vivan entre ellos. Optando por la posibilidad de compartir su patrimonio cultural y natural sin dejar por ello de lado las comodidades de una urbe moderna. Gracias a Martin y a las gentes de Trujillo. Hasta pronto.

Martin Kelsey y su esposa Claudia

Martin Kelsey y su esposa Claudia

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