MONFRAGÜE: DONDE VIVEN LAS RAPACES

Monfragüe es una autentico sueño para los amantes de las aves. Si no has estado nunca allí te animamos a visualizarlo con tu imaginación. Cierra los ojos e imagina 18.000 hectáreas de zona montañosa llena de bosque mediterráneo y atravesada por dos grandes ríos. Les llamaremos Tajo y Tiétar. Colocamos gracias a nuestra imaginación 180 especies de aves. Nada menos que 250 parejas de buitre negro, 500 de buitre leonado, 12 de águila imperial ibérica, 35 de alimoche, 6 de águila real, 6 de águila perdicera, 90 de milano real, 280 de milano negro y 30 de cigüeña negra.

Cielos de Monfragüe

Cielos de Monfragüe

Monfragüe es un lugar real y se encuentra en España. En la región de Extremadura. La palabra Monfragüe proviene del árabe Al-mofrag y significa monte fragoso, siendo los roquedos y acantilados la máxima expresión de este Parque Nacional. Esto es precisamente lo que hace especial a este lugar, haciendo las delicias de los aficionados a las rapaces. Los miradores están situados frente a estos roquedos y bajo la protección que les ofrecen los dos ríos las rapaces anidan a sus anchas. La buena gestión del parque apostando por la conservación del bosque mediterráneo y la repoblación con especies autóctonas de las zonas que mantenían eucaliptos y pinos han hecho el resto.

Dentro del Parque Nacional se encuentra la aldea de Villarreal de San Carlos. Donde se celebra todos los años la Feria Internacional de Turismo Ornitológico (FIO) que acoge tanto a profesionales como aficionados con gran afluencia y acierto. El pueblo está equipado con centro de interpretación, alojamientos y restaurantes a pesar de sus pequeñas dimensiones.

La lucha por la conservación de Monfagüe viene de antiguo. Desde los empeños del naturalista Jesús Garzón para la declaración de Parque Natural en 1979 hasta la declaración de Parque Nacional en 2007 hay mucho recorrido y esfuerzo gastado. Ha costado, pero el buen hacer en la gestión y protección de este emblema ha dado sus frutos.

Salto del Gitano

Salto del Gitano

Pero sigamos imaginando y cojamos un coche virtual que nos lleve de Villarreal al mirador de Peñafalcon, también llamado Salto del Gitano. Desde aquí veremos, sobre todo en invierno, a los buitres leonado y negro sobrevolar nuestras cabezas hasta la peña donde se encuentra el único torreón que queda en pié del antiguo castillo. Aquí es relativamente fácil observar al roquero solitario. También es un buen lugar para disfrutar del elegante vuelo de la cigüeña negra.

Regresamos a nuestro vehículo imaginario y volvemos a pasar por Villarreal. Siguiendo hacia Saltos de Torrejón llegamos al Mirador de la Báscula donde, con paciencia, se desplazan en busca de alimento sobre la Sierra de Corchuelas águilas reales e imperiales y buitres negros. Los vuelos nupciales del invierno y el período de emancipación de los pollos a finales del verano son los mejores momentos para verlos. Siguiendo en ruta encontramos otros miradores desde los que poder disfrutar de las águilas culebrera y perdicera.

Llegamos al tramo final de nuestro viaje. Nos adentramos en la dehesa, donde hay que estar atentos a los vuelos cortos que realizan los rabilargos de árbol en árbol y a los troncos secos que usa el elanio azul como oteaderos.

Aunque parezca mentira, la observación desde los puntos anteriormente indicados no supone ningún tipo de molestia para las aves. No me quiero olvidar de las agradables sorpresas que causan los ciervos, muy acostumbrados a la presencia humana. Ni de mi amigo el zorro, que se deja fotografiar y es alimentado de la propia mano. Ni tampoco de las gentes sabias y concienzudas que moran aquí y han sabido dejar las cosas tal cual se las encontrado, dejando que la naturaleza siga su curso.

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