DELTA DEL EBRO: DELTA BIRDING FESTIVAL 2014 (SEGUNDA PARTE)

El fin de semana del 27 y 28 de septiembre visitamos el delta del Ebro. Hace un par de semanas hablamos de nuestras impresiones en MonNatura y en la primera edición del Delta Birding Festival. Hoy os contaremos lo que hicimos el domingo 28, toda una experiencia de puro birding en el delta del Ebro.

Nuestro plan para el domingo era participar en una de las salidas en barco para observar aves pelágicas que se organizaron durante el Delta Birding Festival. Estábamos ansiosos por intentar avistar nuestra primera pardela balear. Si teníamos tiempo, también nos desplazaríamos hasta la reserva de Riet Vell para conocer este interesante proyecto.

Nos levantamos temprano, teníamos que llegar al embarcadero de Ca la Nuri antes de las 9:10 horas para no perder nuestro transporte. El flamante Ebre Princess nos estaba esperando. La mañana amaneció oscura, muy oscura, en el delta del Ebro. Medicane (Mediterraneo + Huracane) andaba cerca y amenazaba con darnos un buen baño.

Embarcadero de Ca la Nuri

Embarcadero de Ca la Nuri

Cuando llegamos al embarcadero ya estaban allí unos cincuenta pajareros ansiosos de embarcar, pronto seríamos unos cien. Sin embargo, transcurrían los minutos y el embarque no comenzaba. Finalmente, sobre las 9:30 horas la organización del Delta Birding Festival nos comunicó la triste noticia.

La desembocadura del Ebro en el mar tiene poca profundidad y el oleaje que presentaba el Mediterráneo hacía peligroso atravesarla ya que el casco de nuestro barco podría tocar fondo y sufrir una vía de agua. Así que nuestro capitán se negó rotundamente a salir a mar abierto y la salida fue suspendida.

La organización ofreció tres alternativas a los decepcionados pajareros. La primera de ellas fue repetir la salida en barco el domingo siguiente, opción que eligió la mayoría. La segunda realizar una visita por el delta del Ebro en vehículo terrestre y la tercera, por si algún pajarero se obcecaba en salir a navegar a pesar del mal tiempo, consistía en una ruta en barco río arriba.

Una vez planteadas las opciones, nuestro Medicane decidió hacer acto de presencia y súbitamente cayó un chaparrón que nos obligó a refugiarnos en el restaurante de Ca la Nuri.

Navegando por el Ebro

Cuando media hora después la lluvia amainó, embarcamos por fin en el Ebre Princess. Aunque fue duro tener que renunciar a la posibilidad de ver nuestra primera pardela balear, teníamos la esperanza de que a pesar de todo pudiéramos vivir una buena jornada de birding. Sin embargo, todo dependía de Medicane, si no escampaba la jornada sería un rotundo fracaso.

Nuestra improvisada expedición rio arriba necesitaba un improvisado guía y la organización del Delta Birding Festival encontró in extremis uno de excepción. Un grupo de unos veinte pajareros nos aventuramos nada más y nada menos que con Ricard Gutiérrez por el Ebro.

Salimos del embarcadero rumbo a la desembocadura bajo la mirada asombrada de una garceta común refugiada de la llovizna en la orilla contraria. Lo primero que divisamos, aparte de lo negro del horizonte, fue la silueta de una hembra de halcón peregrino en lo alto de uno de los árboles de la orilla.

En los arrozales cercanos divisamos, posadas en el suelo, alguna garceta grande y unos pocos moritos dispersos. Continuamos hacia la desembocadura y la llovizna se transformó en lluvia, sobrepasamos la torre mirador del Zigurat y nos acercamos a punta Galatxo. A partir de allí no podíamos continuar, ya que era arriesgarse a que el casco de nuestro Ebre Princess tocara el fondo. Sin embargo, desde este lugar la vista del violento oleaje era espectacular. Sólo alguna gaviota era lo suficientemente valiente para alzar el vuelo en semejante vendaval. La lluvia comenzó a apretar más.

Galatxo - Delta del Ebro

Punta Galatxo – Desembocadura del delta del Ebro

Dimos media vuelta y comenzamos nuestro viaje río arriba. Al pasar de nuevo delante de la torre mirador nos cayó un auténtico diluvio. Podíamos ver a algunos, todavía más locos que nosotros, que trataban de llegar a pie a la torre mirador y estaban cogiendo la mojadura de su vida. Sobrepasamos la torre y nada más. Bajo la lluvia tan sólo podíamos ver la lancha de algún pescador que se afanaba en recoger sus redes. Sólo nos quedaba la esperanza de que después de la tempestad llegara la calma.

Torre mirador del Zigurat

Torre mirador del Zigurat

Así fue. Según remontábamos el Ebro la intensidad de la lluvia disminuía. Regresamos al tramo del río en el que se encuentra el embarcadero de Ca la Nuri y a partir de allí las nubes se fueron abriendo. En un campo de arroz divisamos una interesante concentración de garceta común y dos, tres y cuatro garzas reales. Nuestra suerte estaba cambiando. Vaya si cambió.

Aves en los arrozales del delta del Ebro

Aves en los arrozales del delta del Ebro

De repente, al fondo de uno de esos campos de arroz, una treintena de moritos comenzó a surcar el cielo. Parece imposible que hace menos de diez años el morito común fuese una rareza casi extinta en Europa y hoy su población se haya recuperado, también en el delta del Ebro. Pero la mayor sorpresa del viaje estaba por llegar. Súbitamente alguien gritó: ¡Halcón de Eleonor!

Aquello que se mueve encima del poste en un halcón de Eleonor

Aquello que se mueve encima del poste es un halcón de Eleonor

Ante nuestros ojos un halcón de Eleonor se posó sobre un poste cercano a la orilla. Nos pareció increíble que en un día con tan mal tiempo consiguiéramos avistar un ave tan esquiva. En pocos días nuestro Halcón de Eleonor atravesaría el continente africano en un asombroso viaje hasta su cuartel de invernada en Madagascar. Poco a poco la mañana se hacía más luminosa y las aves se animaban a alzar el vuelo. En la orilla pudimos ver un pequeño y precioso martín pescador, nos sobrevoló también un cernícalo vulgar y varias bandadas de moritos.

Seguimos río arriba. Dejamos a derecha e izquierda Deltebre y Sant Jaume, atravesando el emblemático puente que las une. Fue entonces cuando divisamos un ave que no esperábamos. Un pavo real doméstico picoteaba el césped en el jardín de una de las últimas casas de Deltebre. Curiosa estampa.

También pudimos apreciar parte de la degradación del río. Prácticamente todos los troncos o maderos que sobresalían del agua estaban infestados por las puestas rosáceas del caracol manzana. Esta especie invasora procedente de Suramérica produce graves daños a los cultivos de arroz y es una plaga en el delta del Ebro. Su gran tamaño hace que aquí no tenga depredadores naturales que puedan controlar su expansión.

Según avanzábamos hacia el interior del delta veíamos cada vez más martinetes. Primero un ejemplar, luego una pareja y después pequeñas bandadas. Eran los indicios de que nos acercábamos a la isla de Gracia.

Isla de Gracia

Cuando alcanzamos la isla nos quedamos anonadados por la gran colonia de martinetes que alberga. Algunos, posados en las ramas, seguían con la mirada nuestro barco. Esta vez éramos nosotros los observados. Al llegar al punto de retorno de nuestra travesía vislumbramos una nueva sorpresa. En un árbol desnudo se apreciaba la sombra de un ave y no… no era un martinete. Se trataba de una rapaz.

Martinetes en la isla de Gracia

Martinetes en la isla de Gracia

Según viraba el Ebre Princess para regresar río abajo a Ca la Nuri observábamos detenidamente la misteriosa sombra tratando de identificarla… era un halcón… ¡un alcotán! Magnífica ave migratoria que en pocos días iniciaría su migración abandonando el delta del Ebro para cruzar el Mediterraneo y alcanzar el continente africano. Encontrar esta rapaz fue toda una sorpresa.

Alcotán europeo

Alcotán europeo

Una vez que el Ebre Princess estuvo en posición iniciamos nuestra singladura de vuelta. Ahora el cielo era luminoso, ni rastro de Medicane. Bandadas de martinetes y después de moritos sobrevolaron el barco. Cuando nos acercábamos a Ca la Nuri volvimos a avistar la hembra de halcón peregrino que observamos al inicio de nuestra travesía pajarera. Nos despedimos de ella y de nuestro fantástico guía Ricard Gutiérrez apresurándonos a desembarcar.

En las primeras horas de la mañana nuestra jornada de birding era incierta pero al final resultó fantástica. Aunque nos quedaba la tarde y teníamos un plan: visitar la reserva de Riet Vell. Necesitábamos apresurarnos y comer rápido para poder llegar a la visita guiada de la tarde. Pero esta es otra historia que os lo contaremos en un próximo post.

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