EL IBIS EUROPEO: EL MORITO COMÚN

Morito común (Plegadis falcinellus)

Morito común (Plegadis falcinellus)

Según la leyenda, el ibis es el último animal que se refugia antes de un huracán y el primero en reaparecer después del mismo. El que haya disfrutado de la silueta y vuelo de esta ave en un humedal al atardecer podrá entender el porqué.

En Europa podemos disfrutar de dos ibis: el morito común y el ibis eremita en España. Solo el morito es considerado como especie nidificante ya que el eremita no lo hace desde hace 500 años. Por eso al morito común le hemos querido llamar el ibis europeo.

La población europea de morito común se encuentra entre las 14.000 y 18.000 parejas. La mayoría se encuentran en los mares Negro y Caspio. En España la población se encuentra en expansión y se reparte entre las marismas del Guadalquivir, el Guadiana Internacional, el delta del Ebro y los humedales de El Hondo y Santa Pola, ubicados en el sur de Alicante. La recuperación de la especie en España ha sido espectacular: en 2006 se censaron en todo el país 945 parejas, en 2007 pasaron a ser 3.777 y en el censo de 2013, solamente en Andalucía, se contabilizaron 8.198 parejas y en la Comunidad Valenciana 182 (91 pp en L’Albufera).

Es una especie gregaria, que nidifica de forma colonial. Es fácil verla junto a cigüeñas y garzas. Suele criar en el carrizo aunque hay citas de cría en ramas de taray o en arboles de pequeño porte. Aunque esta especie es muy susceptible a los cambios de su medio natural, se beneficia de una temprana madurez sexual. Los últimos estudios han demostrado que algunas de estas aves son capaces de criar al año de existencia.

Se trata de una especie dispersiva y migradora que suele cruzar el Estrecho de Gibraltar. Incluso hay citas de aves nacidas en el delta del Ebro que han llegado hasta Francia y, en los últimos años, hay avistamientos de moritos en Reino Unido llegados desde Europa continental. Los primeros moritos regresan a la zona de cría en diciembre aunque el periodo de cría es de abril a julio. Cada puesta es de tres a seis huevos de color verde azulado. Tanto el macho como la hembra se alternan para incubar los huevos que eclosionan al cabo de 21 días.

El morito común es muy vulnerable a los pesticidas que se aplican en los arrozales donde habita. El otro gran problema al que se enfrenta esta especie es que sus poblaciones son reducidas y se encuentran muy separadas unas de otras.

Para preservar el morito común en Europa occidental es necesaria la puesta en marcha de un programa de mantenimiento de los niveles de agua, la recuperación de los arrozales abandonados y favorecer las zonas de cría aumentando su área de distribución. Es necesario conectar las distintas poblaciones existentes para mantener la variabilidad genética de la especie. De esta forma pondríamos seguir viendo al morito volando en los humedales europeos.

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