VISITA A TIERRA DE CAMPIÑAS – INVIERNO DE 2013 – 2014

El sábado 21 de diciembre, primer día de invierno, visitamos la ZEPA Tierra de Campiñas, al sur de la pequeña ciudad de Medina del Campo. Nuestro objetivo era avistar grullas. No era fácil de conseguir, ya que el lugar no está señalizado y teníamos que localizar las grullas antes del amanecer, corríamos el riesgo de perdernos en la oscuridad. Como aliados teníamos la luz de una potente luna menguante, apenas cuatro días antes habíamos tenido luna llena, un precioso cielo estrellado después de cinco días de lluvias y, por último, el propio comportamiento escandaloso de las grullas al amanecer, con su particular grus grus capaz de escucharse a gran distancia.

Iniciamos nuestra ruta a pié sobre las 7:30 horas, nos dirigimos hacia una de las pocas lomas del lugar con la intención de localizar desde ella alguno de los lavajos que existen en esta inmensa llanura que es Tierra de Campiñas. Conforme nos acercábamos divisamos en la oscuridad una construcción, algo ocurría, en la zona no debería haber edificaciones, sólo cultivos y algunos pinares dispersos, ¿nos habríamos perdido?

Seguimos caminando hasta llegar a la cima y, ya con las primeras luces, vimos que no se trataba de un edificio sino de una acumulación de pacas de paja, estábamos en el lugar adecuado.

Amanecer en Tierra de Campiñas

Amanecer en Tierra de Campiñas

Desde la cima escrudiñamos la llanura pero no vimos nada, agudizamos el oído en busca del grus grus pero nada, ni rastro. Decidimos seguir hasta el lugar donde debía estar el lavajo más grande y cuando llegamos a él, una inmensa decepción: las lluvias de los últimos días no habían sido suficientes para mantenerlo con agua, tan sólo era un arenal. Nuestras posibilidades de avistar grullas a corta distancia se habían desvanecido, sólo nos quedaba la posibilidad de divisar a gran distancia algún grupo que sobrevolase la zona.

Cuando estábamos cerca de la siguiente altura llegó la sorpresa, nuestra suerte cambió radicalmente, una de las aves más difíciles de ver en invierno estaba ante nosotros, vimos primero una, luego dos y, finalmente, un grupo de unas quince avutardas. A pesar de todo iba a ser un buen día de birding.

Avutardas al amanecer

Avutardas al amanecer

Seguimos caminando y una vez sobrepasada la loma, en una zona con pequeños pinares, volvimos a tener suerte. Varios grupos de grullas se dejaron ver a una distancia no muy lejana.

Grullas en Tierra de Campiñas

Grullas en Tierra de Campiñas

Cuando se levantó el día tomamos el camino de regreso no sin antes recibir una última sorpresa, pudimos observar una, dos, tres y hasta cincuenta avutardas. Un gran día de birding, lo que empezó con una decepción terminó siendo un gran espectáculo.

Avutardas

Avutardas

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