SEIS PASOS A SEGUIR SI NOS ENCONTRAMOS UN AVE HERIDA

El siguiente documento no es una guía de primeros auxilios para aves sino una serie de consejos por si alguna vez encuentras un ave herida.

1. Evitar nuevas lesiones.

Lo primero que hay que hacer es procurar no causar nuevas heridas al animal al intentar atraparlo y evitar que éste nos lesione al defenderse. En el caso de grandes rapaces debemos tener especial cuidado con picos y garras ya que no dudaran en utilizarlas. Cuando manipulemos aves marinas como gaviotas o alcatraces, aparentemente nada agresivas, hay que extremar las precauciones ya que con sus picos pueden realizar profundas heridas. Si se tienen dudas, lo aconsejable es no tocar al ave y llamar al SEPRONA o algún centro de recuperación (al final de este post encontraras un PDF con los principales teléfonos a los que recurrir).

2. No agravar las lesiones.

Para prevenir o evitar que el animal se lesione más, aconsejamos tapar al ave con una prenda de ropa o una manta calculando el peso que se arroja sobre esta ya que lo único que queremos es privarla de visión. Al no ver la luz, el ave se tranquiliza automáticamente. Después cogemos al ave enrollada en la prenda evitando forcejeos y tratando de moverla lo menos posible. De esta forma si se encuentra herida evitaremos que se produzcan más lesiones o se agraven las existentes.

Un caso especial lo constituyen los polluelos de las rapaces nocturnas que se encuentran en el suelo o en ramas bajas chillando sin parar. Estas aves salen del nido antes de ser capaces de volar con seguridad. Esto nos puede confundir y ante un polluelo que reclama el alimento a los adultos, nosotros vemos un huérfano herido. Por lo tanto, cuando nos encontremos estas especies debemos cerciorarnos de que realmente necesitan nuestra ayuda. Nos esconderemos para comprobar si son alimentadas por sus progenitores y sólo las manipularemos en caso de estar realmente heridas o si se encuentran cerca de una cuneta.

3. Preparar un lugar seguro.

El tercer paso será dejar a nuestro paciente en una caja de cartón tapada y en un ambiente tranquilo. Deberá tener unos pequeños orificios para que el ave pueda respirar. La caja de cartón es fácil de conseguir y barata. Además tiene la ventaja de ser un buen aislante para el frío y el calor y amortigua los golpes a los que pueda ser sometida durante el transporte. A todo esto le unimos que es fácil de destruir evitando posibles contagios por zoonosis.

Uno de los pocos inconvenientes del uso de cajas de cartón es que si el animal esta mucho tiempo dentro puede deteriorarse por las líquidas deyecciones de nuestro inquilino. También debemos tener en cuenta que este no será el mejor lugar para alojar a picos picapinos y pájaros carpinteros ya que estos no dudaran en perforar la caja para intentar escapar.

4. Pedir ayuda.

El cuarto paso, si no lo hemos hecho ya, será ponerse en contacto con el centro de recuperación más próximo o, en su defecto, con el personal de las guarderías de los parques o acudir a una clínica veterinaria cercana.

5. No alimentar.

Como quinto paso te recomendamos no dar de comer ni de beber al ave. Sólo en el caso de tratarse de un polluelo en época estival se recomienda darle un poco de agua, ya que los pollos se deshidratan con gran rapidez.

6. No intentar curar al ave.

Como sexto y último consejo te recomendamos no intentar curar al ave. Hay personas que cortan las plumas alrededor de la herida o empapan el plumaje con productos desinfectantes. Lo primero no se debe hacer porque podemos cometer el error de cortar plumas de vuelo, que son las más largas de las alas y las de la cola. Tampoco debemos utilizar productos desinfectantes porque al aplicar frío o humedad favorecemos la hipotermia del ave. Además estas intentarán librarse del desinfectante limpiando las plumas con el pico. Lo que va a producir la peligrosa ingestión del producto, agravando la situación.

Es importante evitar las rotaciones de las alas rotas o los giros y torsiones de las patas dañadas, ya que si una extremidad se encuentra durante mucho tiempo en esta posición acabará siendo amputada. Por ello es de vital importancia vigilar que alas o patas no estén rotadas más de 45 grados respecto a su posición normal. Para saber si este es el caso solo hay que comparar con la extremidad sana. En caso de encontrarnos un ave en estas condiciones, la caja deberá ser más estrecha para evitar la libertad de movimientos dentro de la misma. La rellenaremos con tiras de papel, similares a las de una destructora de documentos. Tenemos que evitar pajas y serrines que pueden dañar los ojos e infectar las heridas. Así como los plásticos que pueden producir asfixia y afectan al sistema respiratorio del ave.

Esperamos que nunca te encuentres un ave herida. Pero te recomendamos encarecidamente que recuerdes estos pasos por si alguna vez puedes salvar a una de nuestras aves. Puedes descargarlos en el siguiente enlace:

Centros de Recuperación de Aves

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