SALINAS DE SANTA POLA – PRIMAVERA DE 2014

El Parque Natural de las Salinas de Santa Pola con sus marismas y matorrales asociados mantiene una nutrida colonia de flamenco común. Ya hablamos de ellos en nuestra visita anterior. Es relativamente fácil encontrar gracilla cangrejera, gaviota de Audouin, fumarel cariblanco y cogujada montesina. También podemos encontrar rarezas como el morito, la gaviota picofina, y la cerceta pardilla.

Cigüeñuela

Cigüeñuela

Al llegar a la pequeña salina que alberga el centro de visitantes nos encontramos con que un gran número de gaviotas patiamarillas sobrevolando nuestras cabezas para delatar nuestra presencia a sus congéneres. El vocingleo que realizan resulta atronador. Una vez se acostumbraron a nuestra actividad el ruido ceso y pudimos disfrutar de la calma y el sosiego que produce la imagen de las aves sobre el agua estancada de la salina. Realizando esa imagen de efecto espejo que tanto buscan los fotógrafos que se deleitan con el birding.

Gaviota patiamarilla

Gaviota patiamarilla

Continuamos el agradable paseo y en medio de una isleta avistamos un ejemplar de garceta común. Esta ardeida de manto elegante y niveo suele buscar alimento en las salinas. Tras esta el grupo de flamencos inmaduros se alternaba con algún adulto. Como niños en una guardería intentaban desperezarse con los rayos de sol de la mañana. Siempre vigilados por los adultos. Seguidamente vimos como un flamenco adulto realizaba el ritual de limpieza de sus patas. Con ellas consigue su alimento levantando el barrillo acumulado en el fondo del agua y llevando hacia su pico filtrador pequeños invertebrados y algas. De estas últimas obtiene los pigmentos carotenoides que le dan su característico color rosado.

Guardería de flamencos

Flamencos inmaduros

En un pequeño bancal descansaban un nutrido grupo de avocetas, pegadas a la protección que les ofrecia la guardería de flamencos. Entre ellos varias cigüeñuelas, más madrugadoras buscaban el sustento. Desde el museo de la sal nos ofrecieron la posibilidad de realizar varias fotos de los flamencos adultos que se encontraban en la salina que hay al otro lado de la carretera. Entre los flamencos varias parejas de ánade común y porrón europeo campaban a sus anchas. De vuelta al paseo, encima de una pequeña acumulación de arena nos sorprendimos con la presencia de un charrán común. Caso curioso el de esta solitaria golondrina de mar.

Charran comun

Charran comun

Ya con el sol arriba las altas temperaturas no nos permitieron disfrutar de más. Con lo que realizando el camino de vuelta y nos propusimos volver pronto a este enclave lleno de vida del sur alicantino.

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