ASESINOS EN EL NIDO

Nido

Escena del crimen

En el caso de algunas aves la naturaleza ha escrito la mejor novela negra. En muchas ocasiones la lucha por la supervivencia empieza realmente temprano. Los polluelos tienen que ingeniárselas desde el primer segundo de vida para evitar infanticidios, fraticidios o asesinatos de todo tipo.

El infanticidio se produce cuando un ave adulta da muerte de forma violenta a un polluelo de su propia especie. Para ilustrar este fenómeno podemos desplazarnos hasta los lagos y estanques tropicales donde vive la jacana (Jacana spinosa). Los machos de este ave son los que incuban los huevos y cuidan de los polluelos. Cuando una hembra quiere cortejar a un macho, destruye los huevos o asesina a los pollos que tenga para conseguir aparearse con él. De esta manera la infanticida conseguirá su propia prole. Los machos no pueden impedir el fatal desenlace porque su tamaño es menor al de la hembra.

El buen hijo

Otro crimen si cabe aun más cruel es el filicidio. Este se produce cuando un progenitor da muerte a su propia descendencia. Cuando la disponibilidad de alimentos disminuye, algunas especies, como por ejemplo la cigüeña negra, acosan al polluelo más joven -y por tanto más débil- hasta que muere agotado o cae del nido.

Caín Vs Abel

El cainismo consiste en el asesinato de los polluelos más débiles por parte de sus propios hermanos. Obtienen así la atención de los progenitores en exclusiva y más alimento. En algunos casos el crimen se produce en presencia de los padres, como por ejemplo en el águila real, y en otros cuando éstos se han ausentado del nido.

La garceta grande empieza a incubar el primer huevo antes de poner el segundo (eclosión asincrónica), por eso entre los dos hermanos hay una gran diferencia de tamaño. Es habitual que los polluelos de garceta grande, en una pelea constante por el alimento, maten a sus propios hermanos. Esto se debe a una respuesta adaptativa: ante la escasez de alimento el polluelo mayor opta por matar a su hermano pequeño. De esta manera se incrementan las posibilidades de que sobreviva alguno de los polluelos de la puesta.

En un estudio con águilas negras se observó que el polluelo mayor mató a su hermano asestándole más de 1.500 picotazos a lo largo de 38 ataques. Durante este proceso el asesino aumentó 50 gramos de peso y la víctima perdió 80 gramos. Aunque esta práctica nos parezca bastante cruel mediante otro estudio se demostró que este sistema es muy eficaz. Se incubaron huevos de garceta bueyera, obteniendo pollos de tamaño similar, y se les administro la cantidad de alimento necesaria. A pesar de lo que pudiera parecer en un principio, se llegó a la conclusión de que con el sistema natural se sacaban más pollos adelante.

Alguien voló sobre el nido del cuco

Buscando entre los asesinos de pequeño tamaño encontramos a las especies que parasitan los nidos. Ejemplo de esto serían cucos. La hembra de cuco no empolla sus propios huevos sino que los deposita en nidos de otras especies. Los confiados padrastros cuidarán al polluelo creyendo que es suyo y sin saber que en su nido se masca la tragedia. El joven cuco nace antes que sus hermanastros a los que arrojará al vacío cuando los padres no estén presentes, garantizando su supervivencia y dando lugar a una de las escenas más curiosas de la naturaleza, cuando al poco tiempo sea alimentado por unos padrastros a los que dobla en tamaño.

En el caso de especies en peligro de extinción los ornitólogos suelen utilizar técnicas para evitar estos comportamientos naturales. Con el fin de aumentar la productividad de los nidos se suelen aplicar programas de alimentación suplementaria que permiten a los padres sacar adelante a toda su prole. Cuando esto no es posible se puede optar por rescatar al polluelo más joven para criarlo en cautividad.

Tal vez todos estos crímenes te hagan sentir escalofríos pero, como dijo Aristóteles, la naturaleza nunca hace nada sin motivo. Como hemos visto, la hembra de jacana persigue un beneficio individual ya que sus genes perdurarán. El fraticidio de garcetas y águilas logra un beneficio colectivo ajustando el número de polluelos a la disponibilidad de alimentos y el cainismo del cuco persigue la supervivencia de su especie ya que, al ser de mayor tamaño, si compartiera el alimento con sus hermanastros no habría suficiente para todos.

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