¿POR QUÉ CANTAN LAS AVES?

Por las mañanas, cuando voy andando camino al trabajo, me puedo deleitar con el canto del ruiseñor o de la alondra. Me acompañan a esas horas, pero hay una idea que me ronda en la cabeza, ¿por qué cantan los pájaros? Lo primero que podemos pensar es que lo hacen para marcar su territorio y para dar a las hembras su posición. Pero hay mucho más.

 

 

 

Ruiseñor común (Luscinia megarhynchos) | Autor:  Kev Chapman  ·  Creative Commons:  Attribution 2.0 Generic

Como todo en esta vida se trata de química, las aves cantan porque la hormona testosterona se dispara en sus pequeños cuerpecillos. Lo que aumenta su agresividad. Como ejemplo pondremos a los machos de petirrojo que se vuelven netamente agresivos con otros machos. Pero si la testosterona prepara la cerilla, la llama sería el estradiol. Esta otra hormona regula la agresividad y organiza el canto. Hasta tal punto que hay estudios con pinzones cebra en los que las hembras maduras sexualmente inyectadas con esta hormona llegan a cantar como si fueran machos.

Sin embargo, no solo es una cuestión química. Parece ser que a esto del canto también hay que ponerle pasión. Los cantos de los machos aumentan en la estación reproductora. Deben dar el do de pecho para disuadir a otros machos de entrar en su territorio. Las hembras solo van a estar atentas al canto de su especie. Algo así como las fans de un grupo de música. Aunque esto lo aprovechan algunos machos cantando varias modalidades. Lo que les aporta un mayor número de fans. Esto es importante, porque a mayor diversidad de cantos en un macho se le presupone más experiencia y un mayor número de cuidados para con las crías. Así como más facilidad de defensa del territorio. En estudios recientes encontramos que los machos con cantos más complejos tenían un mayor éxito entre sus fans, ya que esto acababa traduciéndose en una mejor condición física. Pero toda regla tiene su excepción: En el caso del chochín australiano tanto el macho como la hembra cantan para ligar y defender el territorio. Aunque el canto sirve para algo más: sincronizar el comportamiento reproductor y como modelo para las crías.

Pontífice índigo (Passerina cyanea) | Autor:  Cheepshot  ·  Creative Commons:  Attribution 2.0 Generic

Lo que marca la diferencia entre un canto y otro no son solo los factores genéticos sino también la experiencia. Es decir, un joven macho hereda una determinada canción de su padre, pero puede ampliar notas o modificarla según su propia experiencia. En los años 50 se desarrollaron estudios con pinzones vulgares que demuestran que el canto se aprende. Un grupo de estos pinzones se criaron sin oír nada y otro con grabaciones de pinzones. El primer grupo cantó de una forma rústica y el segundo de una forma más parecida a las aves libres. Con lo que nos damos cuenta de que en esto del canto necesitamos un tutor, alguien a quién copiar. Pero no vale cualquiera: estudios con chingolos de corona blanca demostraron que al exponerlos a cantos de otras especies no llegan a reproducirlos. Lo que nos da la pista de que cada especie tiene más facilidad para el canto que le corresponde. Esto hace que los cantos no se entremezclen.

Las aves no siempre aprenden a cantar de sus padres. El pontífice índigo aprende gran parte de su canto siendo adulto. Esto es una ventaja porque sus cantos son más variados y complejos. Lo que se traduce en una mayor atracción de la pareja y mejor defensa de su territorio. Es muy importante el momento en que el ave aprende a cantar: si un pájaro de cinco meses se queda sordo no cantará correctamente pero si la sordera es posterior cantará de manera normal.

En el canto también hay dialectos. Estos sirven como criterio de selección para las hembras. Se ha demostrado que las hembras de pinzón cebra comparan su dialecto con el del pretendiente. De tal forma que si se parece al suyo lo rechazan. Esto les sirve para evitar la endogamia puesto que parece claro que si usan un dialecto similar pueden estar emparentados. Los dialectos son tan importantes porque son un indicador del aislamiento genético, con lo que es más probable que se formen nuevas especies a la larga.

Comparemos todo lo aprendido con los hombres. Por lo que sabemos, las bases del lenguaje humano han evolucionado de igual forma que las del canto de los pájaros, ya que existe un período de aprendizaje, un tutor, dialectos y la necesidad de comunicarse. Además, tanto las aves como los humanos comunican mucha información de manera oral. Así se demuestra que el lenguaje humano no está tan alejado del de las aves.

También te puede gustar...

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *