INICIATIVA «CAMPOS DE VIDA» DE LA FUNDACIÓN FIRE

¿Puede el carbonero común sustituir a los plaguicidas químicos? Es lo que busca la Fundación Internacional para la Restauración de Ecosistemas (FIRE) con su proyecto de restauración ecológica estratégica “Campos de vida”. FIRE ha colocado cajas nido en tres provincias españolas para estudiar el potencial que tiene el carbonero común y el resto de aves insectívoras como plaguicidas biológicos. El objetivo es aumentar la población de aves en las zonas de estudio para después analizar como éstas pueden proteger los cultivos leñosos de diversas plagas agrícolas.

En Badajoz se han instalado un total de 211 cajas nido en las fincas de frutales de hueso de “Concejiles” y “El Chaparrito” explotadas por la empresa Haciendas Bio. En Valladolid se han colocado 164 cajas nido en el perímetro de los viñedos de la bodega Abadía Retuerta y en Ciudad Real se han instalado un total de 75 cajas nido en tres olivares de Campo de Montiel. También se han plantado setos y construido pequeñas charcas para que las nuevas poblaciones de aves insectívoras se asienten de forma permanente. En enero de 2013 ya estaban todas las cajas nido colocadas y poco a poco fueron ocupadas por sus nuevos inquilinos: el herrerillo capuchino, el oportunista gorrión molinero, el carbonero garrapinos y, sobretodo, el carbonero común.

Caja nido - Fundación FIRE

Caja nido – Fundación FIRE

Los primeros resultados obtenidos en las doscientas hectáreas de viñedo de la finca Abadía Retuerta son muy prometedores. Conforme transcurren los meses los controles realizados demuestran que el número de orugas depredadas por las aves aumenta en un cincuenta por ciento en los viñedos que cuentan con cajas nido. Cada pareja de carbonero común, junto con su prole, consume cerca de 27 kilos de invertebrados en un año. En conjunto, los nuevos habitantes de las doscientas hectáreas de viñedo de la bodega Abadía Retuerta consumen más de una tonelada de invertebrados, protegiendo la finca de la temida polilla de racimo y ahorrando entre 3.000 y 4.000 euros en al año en tratamientos químicos. Otro de los beneficios del control aviar de plagas es que, al no aplicarse plaguicidas químicos sobre los viñedos, los vinos aumentan su calidad.

La iniciativa campos de vida muestra que es posible en cultivos leñosos el control biológico aviar de plagas agrícolas como la mosca del olivo, la mosca de la fruta, la araña roja, la tijereta o la polilla de la vid. Sin embargo, todavía queda un largo camino por delante antes de que podamos ver los plaguicidas químicos erradicados por nuestros pequeños carboneros pero FIRE ha conseguido un hito fundamental, ha demostrado que es viable y además económicamente rentable.

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