EL MISTERIO DEL GORRIÓN DESAPARECIDO (SEGUNDA PARTE)

Gorrión Común (Passer domesticus)

Como decíamos la semana pasada, necesitamos una nueva pista para descifrar el misterio del declive del gorrión común en Europa. Los científicos han propuesto diversas teorías sobre sus causas, hoy hablaremos de una de las más controvertidas.

Anteriormente viajamos a Londres y Berlín, hoy lo haremos a España, a la ciudad de Valladolid. Entre octubre de 2002 y mayo de 2006, Alfonso Balmori y Örjan Hallberg realizaron un estudio sobre la población de gorrión común en esa ciudad, descubriendo que descendía un 5% cada año. Hasta aquí todo normal, tristemente normal, al igual que en muchas otras ciudades europeas la población de gorrión común disminuía año tras año. Sin embargo, durante la realización de su estudio detectaron algo curioso. La población de gorrión era menor en las zonas del interior de la ciudad con mayor contaminación, pero la calidad del aire mejoró ligeramente a lo largo del tiempo y, sin embargo, la población de gorriones siguió disminuyendo. Algo alejaba a los gorriones de las áreas más contaminadas de la ciudad y no era la calidad del aire, los investigadores tenían una sospecha, pero para poder desenmascarar al culpable necesitaban un golpe de suerte.

El sospechoso al que dirigían su investigación era la contaminación electromagnética producida por las antenas de telefonía móvil y el golpe de suerte se produjo en enero 2005. En esta fecha se instaló una nueva antena de telefonía en la céntrica Plaza de la Libertad, aumentando significativamente la contaminación electromagnética en la zona. Como sospechaban, a los pocos días de entrar en funcionamiento, los gorriones desaparecieron del lugar, no regresando hasta marzo cuando la antena fue retirada. ¿El culpable ha sido descubierto? Lamentablemente no, el estudio de Alfonso Balmori y Örjan Hallberg no es suficiente para acreditar que la contaminación electromagnética perjudique a los gorriones, puede que lo sucedido en la Plaza de la Libertad de Valladolid no sea más que una coincidencia. Además no establece el mecanismo por el cual la contaminación electromagnética provocaría el declive del gorrión común.

Plaza de la Libertad de Valladolid

Para estrechar el cerco sobre la contaminación electromagnética como sospechosa necesitamos averiguar cómo podría afectar al gorrión común. ¿Podría afectar directamente a su cuerpo o indirectamente alterando el medio natural que lo sustenta haciendo más difícil su supervivencia? Existen muchas posibilidades, los gorriones podrían verse afectados en su salud o en su capacidad de reproducción. También podrían sufrir aversión hacia las zonas con mayor contaminación electromagnética, asentándose en otras zonas aunque éstas les sean menos favorables. Finalmente, podría ser que la contaminación electromagnética provocara la disminución de la población de insectos y, como vimos la semana pasada, los gorriones no consiguieran alimentar adecuadamente a sus polluelos. Cuanto más investigamos más preguntas surgen, necesitamos nuevas pistas para descifrar el misterio.

Muchas ciudades europeas han empezado a estudiar su población de gorriones en los últimos años, sin embargo se echa en falta una mayor coordinación entre ellas. Hoy en día existen muchas conjeturas pero pocas pruebas, parece que estamos en un callejón sin salida. El misterio del gorrión desaparecido es un misterio con mayúsculas. Si no se realiza un único estudio que abarque la mayor parte de las grandes urbes europeas será muy difícil encontrar al culpable.

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