LA CURIOSA NIDIFICACIÓN DEL AVIÓN ZAPADOR

Estamos en el mes de abril en cualquier río de Europa. A un talud se aproxima una golondrina, es la más pequeña de las cinco especies existentes. Mide unos 12 cm. Con su pico y sus pequeñas patitas cava un agujero, siempre más ancho que alto, de unos 40-50 cm de largo. Poco a poco penetra en la pared y desaparece. Tras una fina lluvia de arena final sale triunfador el avión zapador (Riparia riparia). El trabajo del nido ya está terminado.

Colonia de avión zapador

Colonia de avión zapador (Riparia riparia) | Autor: far closer · Creative Commos Attribution 2.0 Generic

Como vemos el nido natural del avión zapador suele ser de origen troglodita, como el del abejaruco y el del martín pescador. Anida en colonias situadas en cantiles y taludes de ríos y charcas. Aunque en España hay citas de nidos en el interior de pozos. Pero la historia no siempre es así.

La población europea de avión zapador es estable. En Gran Bretaña se ha superado ya el millón de aviones zapadores anillados pero a esta pequeña ave le afectan sobremanera la extracción de áridos y los encauzamientos fluviales. Aunque acepta de buena gana los taludes arenosos hechos artificialmente siempre que estén orientados hacia el norte, así como los muros de hormigón preparados para nidales.

En el censo de avión zapador realizado en la Comunidad de Madrid en los años 1997 y 1998 se citaron varias ubicaciones de nidales curiosas. Una junto a una carretera cercana a la capital. Varias de ellas cercanas a una de las pistas del aeropuerto Madrid-Barajas y la más curiosa de todas en un pequeño talud que soportaba la tubería de desagüe de la charca del hipopótamo del Zoo de Madrid. Esta es la más singular de todas teniendo en cuenta que el lugar es visitado por cientos de personas al día.

Se han citado nidos en muros artificiales o agujeros de desagüe en muros de hormigón tanto en España como en Reino Unido y Francia. Así mismo hay citas en oquedades de presas o pequeñas tuberías de desagüe tanto en el Támesis de Londres como en el Manzanares de Madrid. Al igual que en los terraplenes de las vías férreas de las dos capitales.

Estas aves aceptan cajas nido para anidar. Estas pueden ser tanto de cemento como de madera. Las de cemento son más usadas en España. Se entierran en los taludes y dan consistencia al mismo. Cuando son colocadas en grupos de 5 a 10 favorecen la creación de colonias. La caja, cuyas medidas son 26x26x17 cm., tiene un tubo de acceso de 58 cm. de longitud como entrada y un ancho de 15×12,5 cm. Curiosamente cuando la caja nido es colocada de forma individual suele ser ocupada más frecuentemente por el martín pescador que por el avión zapador.

En el Reino Unido es más frecuente colocar la cajas nido de madera que de cemento en los márgenes de los ríos. Se trata de grandes cajones a cierta altura elevados del suelo por una base. Dentro del nido comunal se distribuyen las galerías de entrada y los nidales.

Como hemos visto, a pesar de las modificaciones que realizamos en los taludes y los cauces de nuestros ríos, el avión zapador, con un poco de ayuda, se las arregla para sacar adelante a sus polluelos.

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