RESERVA NATURAL LAGUNA DE EL PORTIL

Cae la tarde sobre el humedal costero mientras un pequeño bando de moritos lo sobrevuela a baja altura. Abajo en el agua unas espátulas van vadeando la orilla en busca de sustento. El movimiento de sus curiosos picos asusta a un zampullín que descansaba tras el carrizo. Este pequeño sale despavorido hasta casi el otro lado de la laguna. Allí los flamencos sin inmutarse le miran de reojo. Cerca de ellos una pareja de somormujos hablan de amor con sus bailes acuáticos. La actividad de este espacio natural lo convierten en un vergel más típico del continente africano que de la vieja Europa.

Y todo esto ocurre al amanecer y al atardecer de cada primavera y cada otoño. Las sensaciones que crean la amalgama de olores de las plantas del entorno no tienen nada que envidiar a la variedad de colores que poseen sus inquilinos alados. Además el pinar que la rodea la abraza y protege, dispersando la presión a la que está sometida. Este supone un verdadero corredor para las aves tránsfugas que dejan las cercanas marismas del Odiel. Surgiendo así un flujo constante de individuos y especies. Además este es el hogar de bandos de paseriformes, de solitarias abubillas y de grupos de urracas y rabilargos que buscan alimento incansablemente. La tarde se desvanece y despuntan los últimos rayos de sol. Después solo la oscuridad y la quietud.

Flamencos en la laguna de El Portil

Flamencos en la laguna de El Portil

Nos acercamos en esta ocasión al sureste de Andalucía en la provincia de Huelva. Desde la carretera que une Punta Umbría con El Rompido accedemos a la laguna de agua dulce del Portil a la altura de la urbanización del mismo nombre. Tan solo una valla separa el asfalto de este reducto estratégico tan importante para el masivo paso migratorio que realizan las aves de Europa a África y viceversa. Constituyendo esta el eslabón perfecto de la cadena natural que une Doñana con el Algarve portugués. Otros de los componentes de este entramado natural serían el Paraje Natural Marismas del Odiel y el Paraje Natural Enebrales de Punta Umbría. Así como las Marismas del río Piedras y Flecha del Rompido. Desde el mirador tenemos una panorámica que nos muestra la laguna en todo su perímetro.

Aconsejamos realizar las observaciones desde este punto, ya que el resto del camino salvo en lugares concretos no nos va a permitir volver a tener una visión tan clara de este espacio. La lámina de agua delimitada por los juncos, espadañas y castañuelas se muestra como un espejo desde el aire. Con lo que las aves no dudan en reponer fuerzas en ella o pernoctar si hace falta. Alzando un poco más la vista descubrimos el pinar con sabinas que la rodea y circunda. Justo desde aquí se inicia el sendero circular de tres kilómetros que la recorre. Tras una pasarela de madera pasamos del tren de dunas al pinar. El camino continua bordeando la laguna aunque sin verla hasta un antiguo huerto de higueras. Finalizando en las casas que forman la urbanización El Portil, junto al campo de golf “Nuevo Portil”. Cuesta creer que todo el conjunto se recorra en poco más de una hora.

Laguna de El Portil

Laguna de El Portil

La laguna se formó por dos cauces de antiguos arroyos que escavaron una depresión que acabo cegandose por las dunas móviles. Estas impidieron que se realizase la salida natural al mar. Su evolución está por tanto ligada al movimiento dunar. Es por esto que se la denomina peridunar. El agua dulce que llega a la misma lo hace a través de la lluvia y por un acuífero. Esto hace que su nivel sufra las fluctuaciones lógicas producidas por el régimen de lluvias y la evaporación estival. Con lo que en los veranos muy secos esta corre el peligro de secarse. Como así ha ocurrido en ocasiones. En el año 2009 tras un periodo realmente seco la laguna estuvo a punto de secarse.

Aunque en los medios de comunicación nunca quedo claro si el motivo fue la falta de precipitación o las posibles extracciones que se pudieron realizar de forma ilegal del acuífero. Seguramente el motivo fue la sequía porque aquí el acuífero no tiene tanta presión como en Doñana. Pero la sorpresa viene al saber que la lámina de agua podría alcanzar un antiguo desagüe hacia el mar anegando la carretera que la acosa. Sin duda una vez más la naturaleza amaga con revelarse contra las trabas que le pone el hombre.

Pinar de la laguna de El Portil

Pinar de la laguna de El Portil

La gran mayoría de las aves que podemos ver en la laguna provienen de las Marismas del Odiel. Aunque al tratarse de un punto de referencia para el paso de aves migratorias es el lugar perfecto para ver rarezas tanto en primavera como en otoño. Aquí es posible contemplar el baile de cortejo del somormujo lavanco, ver a las gaviotas quitarse el salitre del mar, escuchar los relinchos de los zampullines o disfrutar de un atardecer rosa flamenco. Entre las eneas y los juncos se ocultan los avetorillos comunes, las garcillas cangrejeras, las garzas imperiales y los calamones comunes entre otros.

Sorprende la frecuencia con la que podemos deleitarnos con el porrón pardo y en menor medida la focha moruna y la malvasía cabeciblanca. A todo esto podemos sumarle observaciones de bandos de espátulas y moritos. Así como agujas colinegras, ánades silbones y ánades frisos. Creemos además que el porrón pardo cría en ocasiones después de las sueltas que se realizaron en 1997. Aunque suele preferir humedales más tranquilos y pequeños.

Desde aquí pedimos a la Administración que proteja este humedal y a los usuarios de esta zona que respeten y entiendan que se encuentran en un enclave único. Estando en nuestras manos la posibilidad de mantener este para disfrute de generaciones futuras y por supuesto para albergar la rica avifauna que mantienen sus aguas.

Cartel descriptivo de la laguna

Cartel descriptivo de la laguna

Sorprende que a pesar de la presión y los peligros a los que está sometido este espacio pueda tener tal capacidad de acogida de aves migratorias. Entre estos peligros destacan sobre manera la propia urbanización que se cierne sobre su perímetro de reserva. La carretera que la separa de la mar que la vio nacer pasa al borde justo de la lámina de agua. Y por si esto fuera poco un campo de golf cercano y la masiva llegada de veraneantes, senderistas, ciclistas y curiosos hacen el resto en época estival. Este es un ejemplo más de la fuerza de la naturaleza por sobrevivir al empeño humano de enladrillar y asfaltar todo aquello que este pegado a la costa. Sin caer en la cuenta que hay maneras más sostenibles de acercar la belleza de lo natural al alma humana.

Por último decir que la realización de este post no hubiese sido posible sin la colaboración inestimable de Manu Mojarro gran conocedor y guía de este enclave.

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