LOS CUATRO BUITRES EUROPEOS

La visión de un buitre con sus vuelos circulares perdiéndose en la lejanía tras remontarse a gran altura es inigualable. Ver la silueta de bordes desflecados perderse contra el cielo azul es una imagen muy común. Los buitres pueden ascender entre los 300 y los 600 metros sobre el suelo. Para ello se desplazan usando tres masas diferentes de aíre: las térmicas para ascender en espiral, las corrientes de ladera para planear por los cortados y las corrientes convergentes para coger velocidad. Todo esto le pone en cabeza para localizar y alcanzar carroña antes que los mamíferos. Gracias a estos vuelos son capaces de cubrir grandes distancias en poco tiempo.

Buitre negro (Aegypius monachus) | Autor: Adam Skalny · Creative Commons: Attribution 2.0 Generic

Buitre negro (Aegypius monachus) | Autor: Adam Skalny · Creative Commons: Attribution 2.0 Generic

Ante una carroña en el campo, el orden jerárquico del festín está establecido en relación al tamaño de los comensales. En los buitres europeos de mayor a menor sería: buitre negro, leonado, quebrantahuesos y alimoche. Los buitres negros prefieren la piel y grandes trozos de carne del animal muerto. Lo que explicaría el plumón de la cabeza y las plumas cortas que presenta en el cuello. El leonado prefiere las vísceras y las masas de carne. De ahí que su cabeza y cuello estén recubiertos de plumón corto. El quebrantahuesos consume el tuétano de los restos óseos tras dejarlos caer sobre los rompederos con lo que sus plumas recubren su cara. Por último, el alimoche puede acceder a los pequeños trozos de carne gracias a su cara descubierta.

Como vemos el tipo de plumas del cuello y de la cabeza está preparado para el acceso que tiene que realizar cada especie a las distintas partes del cadáver. Cabe decir que cada especies tiene además un menú diferente. Las carroñas procedentes de caprino y ovino son explotadas por todos; pero además el buitre negro no desdeña la de conejo, el alimoche aprovecha la de aves o reptiles y el quebrantahuesos además de huesos aprovecha las de pequeños mamíferos. También es sorprendente la inteligencia que demuestra el alimoche al alimentarse de los huevos de otras especies lanzando pequeñas piedras con su pico para romper la cáscara.

Buitre leonado (Gyps fulvus)

Buitre leonado (Gyps fulvus)

En cualquier caso, la mayor fuente de alimentación para estas necrófagas son los animales domésticos muertos. Aunque hay que destacar las citas que hay de buitres negros y alimoches capturando pequeñas presas vivas. Además hay que tener en cuenta los sorprendentes casos de alimoches y quebrantahuesos robando presas a mamíferos carnívoros.

Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus)

Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) | Autor: A.J. Haverkamp · Creative Commons: Attribution 2.0 Generic

Los buitres leonado y negro son los que más horas dedican a prospectar carroñas. Hay que tener en cuenta que el tamaño del territorio se acorta y acota si la presencia de carroñas es predecible. De ahí que tiendan a nidificar colonialmente ya que el alimento puede ser localizado más fácilmente por el refuerzo social que supone observar la conducta de otros miembros de la colonia. Esto también lo aprovechan de manera temporal los inmaduros de alimoche y quebrantahuesos que usan dormideros comunales por las mismas razones. Pero no nos liemos, los alimoches y los quebrantahuesos son especies territoriales mientras que los buitres leonados y negros son coloniales. Hablando de nidos, el buitre leonado es el que menos se complica y de manera habitual ocupa los nidos tanto de águilas perdiceras como de quebrantahuesos. En el otro extremo tenemos al quebrantahuesos que busca para anidar cuevas u oquedades resguardadas y protegidas de la climatología.

Comparemos ahora el ciclo reproductor de los cuatro buitres. El celo dura de diciembre a febrero en todas las especies menos en el alimoche, que va de marzo a abril. La puesta va de diciembre a febrero tanto en el leonado como en el quebrantahuesos. En el buitre negro va de febrero a marzo. Mientras que en el alimoche comprende los meses de abril a mayo. En cuanto al número de huevos es de uno para el leonado y el negro; y de dos para el alimoche y el quebrantahuesos. La eclosión suele producirse en abril en todas las especies menos en el alimoche que va de mayo a junio. Sin embargo, la sorpresa viene al comparar la estancia de los pollos en el nido ya que en las cuatro especies se prolonga hasta septiembre. Como vemos, la especie que en este caso parece llevar unos meses de retraso en la reproducción es el alimoche. La explicación es simple: es la única especie migradora. Mientras que el alimoche llega al continente en marzo, las otras tres especies solo realizan dispersiones juveniles. Hablando de dispersiones, en España en el año 2008 unos 100 leonados inmaduros se concentraron en la costa alicantina. En un solo día las rapaces fueron arrastradas por un vendaval hasta colonizar de forma espontánea las islas Baleares. Sin duda un caso sin precedentes.

Alimoche común (Neophron percnopterus)

Alimoche común (Neophron percnopterus) | Autor: Feans · Creative Commons: Attribution 2.0 Generic

Otro comportamiento curioso de estas necrófagas es la filopatria que las lleva a volver al lugar donde nacieron. Esto es aprovechado por los conservacionistas para realizar las sueltas de individuos inmaduros en los lugares donde se pretende reintroducir la especie. Entre todos los proyectos puestos en marcha citaremos el que realiza la Fundación Quebrantahuesos con esta especie en Aragón y Asturias. Así como la Fundación Gypaetus que reintroduce esta misma especie en Cazorla y Vulture Conservation Foundation en los Alpes. La reintroducción del buitre negro en Pirineos la comparten GREFA y TRENCA. Además de las realizadas con alimoches por el proyecto Capovaccaio en Italia y de los ejemplares de buitre leonado que GREFA ha liberado en Francia, Italia, Bulgaria y Portugal. Otra acción a favor de los buitres es el proyecto Vulturnet que pretende conectar todas las poblaciones de buitres europeos mediante corredores, reintroducciones, programas de educación y la creación de PAS (Puntos de Alimentación Suplementaria). Precisamente el Colectivo Azálvaro gestiona varios de estos puntos en la provincia de Segovia con excelentes resultados.

Los factores de mortalidad más comunes para las cuatro especies en orden de importancia son: el veneno, los choques con las líneas de alta tensión o los aerogeneradores y la caza. En los últimos años preocupa también la aparición de grandes concentraciones de plomo en cadáveres de estas aves y más actualmente el diclofenaco que podría estar diezmando a estas carroñeras. De manera más específica tanto el quebrantahuesos como el alimoche sufren mucho con las actividades y deportes que realiza el hombre cerca de las repisas donde anidan. Mientras que el buitre negro acusa la pérdida de sus áreas de cría debido a que la extensión del bosque mediterráneo es cada vez menor.

A pesar de la persecución que sufrieron en el pasado ya sea por la colección de huevos y ejemplares para colecciones privadas o por ser declaradas alimañas, hoy en día su presencia denota limpieza y salubridad para nuestros campos. Además son especies fáciles de observar y normalmente habituadas a la presencia humana puesto que durante años la cabaña ganadera les ha facilitado el sustento. En la década de los sesenta sus efectivos descendieron hasta rozar la tragedia pero con el tiempo su imagen pública ha mejorado. En el pasado se les consideraba dañinos y hoy son símbolos de calidad de nuestro entorno. Esperamos contribuir con este post a lavar la imagen de estas aves y proporcionarles el futuro que se merecen.

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